Volvemos a APA
con una de las sagas más entretenidas, inteligentes y reveladoras que he leído en
mucho tiempo: ¡la saga del genio Bartimeo, Sakhr al-Yinni, N’Gorso el Poderoso
y la Serpiente de las Plumas de Plata!
Nos situamos
en un Londres actual, cuna de la más fuerte magia que haya sido conocida en
todos los tiempos. En una sociedad en la que abunda la corrupción, los
asesinatos y las desigualdades sociales, Nathaniel es un joven que por orgullo
y amor propio pretende destacar por encima de los de su gremio, siendo
atrasado por su mentor Arthur Underwood, mediocre hechicero de Asuntos Internos
en Westminster. Llevado por la codicia y la venganza, Nathaniel tratará por
todos los medios arrebatar un poderoso artefacto llamado el Amuleto de
Samarkanda invocando al genio Bartimeo. ¿Conseguirá Nathaniel aquello que tanto
ambiciona? ¿Se verá recompensada su mente y su esfuerzo?
Sin lugar a
dudas, esta serie guarda mucho texto entre líneas, pero quizá lo más increíble es
que sin buscar ese sentido explícito, puedes disfrutar de una novela brillante
con una originalidad deslumbrante. A su vez, nos encontramos con mucho humor,
acción y una dualidad de personalidades que chocan entre si durante la
continuidad de toda la saga.
En cuanto a
aspectos formales, la traducción es muy buena, muy fiel tanto en los relatos
serios como humorísticos. El lenguaje es sencillo y claro, aunque los nombres de
los demonios a partir del segundo libro empiezan a abundar, pero nada que ver
con Cenizas Alas de Ángel.
Es una novela
que recomiendo con creces cuando no tienes nada que leerte y necesitas algo
entretenido, que enganche y con un toque de humor sarcástico. Recomendado para
edades superiores a 14, si el crio es medianamente avispado, si no 16.
¡Soy yo, Bartimeo,
Sakhr al-Yinni, N’Gorso el Poderoso y la Serpiente de las Plumas de
Plata!
¡He librado miles de batallas y de todas he salido victorioso! He destruido
entes mucho más poderosos que tú!
Ramuthra huyó ante mi magnificencia. Tchue se refugió en una grieta de
la tierra ¡Hopeo la bicha se comió su propia cola y acabó tragándose a sí misma
para no tener que enfrentarse a mi cólera!
Ahora te desafío a ti ¡ven y da la cara!
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