Damos a conocer hoy una de las
obras magistrales de Guy Ritchie, director británico que consumó su éxito con Snatch: Cerdos y Diamantes y está dotado
de un estilo único con respecto a la fotografía y a un guión de acción paralelo
en todos los personajes.
Lo
más destacable de esta película es que aquí es donde empieza esa magia con la
que trabaja Ritchie: planos con ángulos muy poco vistos y unos planos
aberrantes que no se suelen ver con tanta abundancia. En cuanto sonido,
primero, el doblaje es muy bueno, sin fallos muy trascendentes, a menos que te
importe escuchar a Jason Statham con una voz distinta a la que estamos
acostumbrados (la que en
Snatch ya
está como la voz de siempre). En segundo lugar, la música es muy de Tarantino,
usando canciones clásicas de Rock. Por último, el sonido general está muy
logrado, sin ruidos ni rasgados.
Los personajes sufren
una constante evolución, sobre todo los cuatro amigos que tienen el papel
principal (
Jason Flemyng como
Tom,
Dexter Fletcher como
Soap,
Nick Moran como Eddy y
Jason Statham como
Bacon)
. Además de
esto, dichos personajes están muy logrados en cuanto a que cada uno cumple una
función que no se esperaba desde un primer momento.
En cuanto al guión, no nos supone ninguna queja.
Personajes que convergen en un punto final, dando lugar a un desenlace
inesperado. Otro guión al más puro estilo de Tarantino, que Guy Ritchie sabe
elaborar con la misma gracia. Tiene el punto típico de humor y una buena dosis
de acción bien construida en relación con el argumento. Aún a todo esto, es
otra película que los pequeños no van a poder ver, porque se volverán más vastos
que un bocata de chapas y posiblemente intenten matar a vuestro gato. Si
queréis un resumen de la película, te vas a la Wikipedia y lo lees o ves el tráiler.
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